Casa de las Brujas de Beverly Hills: Un recorrido por su historia
En la esquina de Walden Drive y Carmelita Avenue, la Casa Spadena, más conocida cariñosamente como la Casa de la Bruja, es única en Beverly Hills. Está a poca distancia de lugares emblemáticos de Beverly Hills como el Waldorf Astoria, Neiman Marcus, Starbucks y Los Angeles Country Club, pero su exterior parece sacado de un cuento de hadas.
Con su fachada color canela, contraventanas en tonos marrón grisáceo, ventanas desiguales que parecen sacadas de un cuento, un tejado irregular que se curva con personalidad y un jardín que bien podría haber sido diseñado por una bruja con buen gusto, no es de extrañar que esta casa haya recibido tan curioso apodo.
Además, el interior de la casa es tan peculiar como el exterior. Así que acurrúcate con una taza de té caliente, tu mejor manta y déjanos contarte la encantadora historia de la Casa de la Bruja.
La historia de la casa caprichosa
Originalmente construida en los años 20, la emblemática “Casa de la Bruja” tuvo sus inicios como escenario de rodaje y oficina para los Estudios Willat. Durante esa época dorada del cine mudo, fue el set de varias películas, incluyendo una adaptación del clásico Hansel y Gretel.
Michael J. Libow, actual propietario y agente inmobiliario, explicó a Los Angeles Magazine que uno de los productores asociados al estudio, Ward Lascelle, rescató la estructura cuando supo que planeaban derribarla. Como ya poseía un terreno en Beverly Hills, la trasladó allí y la transformó en una vivienda. En sus inicios como hogar era bastante sencilla: contaba apenas con una entrada, un dormitorio, un baño y una pequeña cocina.
Cuando Libow adquirió la casa en 1998 —una propiedad de 325 metros cuadrados—, encontró una decoración pasada de moda, con alfombras rojas de pelo largo y techos estilo «queso cottage». En lugar de borrar su historia, optó por realzarla. Restauró cuidadosamente cada rincón, manteniendo su esencia mágica: techos inclinados, carpintería artesanal, ventanas dispuestas con encanto asimétrico, una chimenea curva de gran tamaño, mosaicos artísticos y hasta una piscina con jacuzzi.
Fiel a su apodo, la vivienda combina elementos rústicos y fantásticos: tonos suaves, paredes sinuosas, acabados en madera y detalles que evocan una estética antigua, pero con toques juguetones que le dan un aire único y acogedor.
Cómo ver a la bruja
Lamentablemente, la casa no está abierta al público para visitas, pero no dejes que eso te impida echar un vistazo rápido (¡y respetuoso!) durante un paseo por el barrio. Muchos autobuses turísticos pasan por la propiedad, así que también podrás vislumbrar la magia de esa manera.
Si visita el exterior, no olvide apreciar el tiempo, el dinero, la arquitectura y el paisajismo que transformaron la Casa de la Bruja de un antiguo set de rodaje a una espléndida residencia. La magia está ante usted con solo mirarla. Aunque no todo Beverly Hills parece un cuento de hadas, ¡aquí le presentamos nuestra manera ideal de pasar un día en Beverly Hills !
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